El vapor quiere volver a las vías de la comarca del Caudal (Asturias)

La locomotora Babcock Wilcox de 1959 sería la estrella del proyecto de tren histórico de Oviedo a Aller por el trazado de la comarca.

Sería una de las estrellas del proyecto de tren histórico y turístico para que el vapor regresara a la comarca del Caudal. Se trata de la locomotora VA8 –de tipo 141T–, que fue construida en 1958 por Babcock & Wilcox para el tren Vasco Asturiano. Es la misma máquina que entonces ya recorría el trazado que conectaba Trubia (Oviedo) con Baíña (Mieres) hasta Collanzo (Aller). La Asociación Cultural y Minera Santa Bárbara ha redactado un detallado proyecto para recuperar el servicio, pero esta vez en lugar de carbón estaría enfocado para transportar turistas. La fórmula ya se conoce en otros países de Europa y es todo un éxito. ¿Por qué en Asturias no lo iba a ser? Cinco alcaldes de los concejos por los que discurre esta vía –Oviedo, Ribera de Arriba, Morcín, Mieres y Aller– no quieren perder este tren y se han unido para impulsar esta iniciativa que tendría que contar con el apoyo del Principado, Adif, Renfe y Hunosa para convertirse en una realidad.

Trubia

La propia Feve, en un documento en el que ya plantea el aprovechamiento de ciertas líneas para su uso histórico, habla de esta locomotora: «Pertenece a un modelo muy significativo en la historia de la vía estrecha española. El valor histórico de esta locomotora es innegable, las primeras máquinas de este diseño, basado en un original de la casa alemana Krauss, fueron fabricadas en 1929, para el ferrocarril Cantábrico por Babcock & Wilcox, que también sirvió a esta línea y a Económicos de Asturias otros lotes tras la Guerra Civil». Por su parte, en los años treinta la Fábrica Nacional de Armas de Trubia, sobre planos de B & W fue la encargada de la construcción de diez unidades de este tipo para el Ferrocarril de Ferrol a Gijón, que no llegaron a circular por este ferrocarril y fueron repartidas por diferentes líneas de la geografía nacional.

Fuso de la Reina

Pero, ¿tiene importancia histórica este recorrido? El historiador, experto ferroviario y autor del proyecto, Guillermo Bas, está más que convencido de ello. Explica que la línea Trubia-Mieres-Collanzo fue construida originalmente por la Sociedad General de Ferrocarriles Vasco Asturiana y proyectada en dos fases bien diferentes. «El tramo Trubia-Mieres-Ujo correspondía a la concesión original de 1901 y fue inaugurado en varias fases entre 1904 y 1908. Por su parte, la última sección de Ujo a Collanzo fue concedida en 1929 como parte de un proyecto más ambicioso que pretendía alcanzar la Meseta y enlazar con el Ferrocarril de La Robla y fue puesto en servicio entre 1934 y 1935». Pero esta parte no llegó nunca.

Caces

Desde sus primeros tiempos y hasta 1972, la línea fue explotada por la empresa concesionaria y durante años soportó un intenso tráfico carbonero en dirección, primero, al puerto de San Esteban de Pravia –donde se embarcaba con destino a la siderurgia vizcaína– y, en los últimos tiempos, a la central térmica de Soto de Ribera. «Además, contaba con un fuerte tráfico de cercanías de viajeros, pues durante años fue el medio de transporte más utilizado en las cuencas del Aller, Caudal y Bajo Nalón, pues desde Fuso de la Reina sus trenes se dirigían a Oviedo».

Palomar

En 1972, la línea fue nacionalizada y pasó a manos de Feve, al tiempo que sus tráficos tradicionales entraban en declive ante el descenso de la producción carbonera y la competencia del transporte por carretera y de Renfe en algunos tramos. Esa tónica se mantuvo en los años siguientes, mientras que en los años 90 se procedía a la modernización de las instalaciones fijas y al relanzamiento de los servicios de cercanías integrando la línea en el Consorcio de Transportes de Asturias. En 2009 se suspendió el tráfico para viajeros por su baja ocupación y solo se mantiene desde Baíña a Collanzo.

Soto de Ribera

Fuente: elcomercio.es