Adif prueba pintura blanca contra el pandeo

Adif está realizando pruebas para evaluar la viabilidad y eficacia de aplicar una pintura blanca de composición especial al carril de líneas ferroviarias para evitar que se deformen al exponerse a altas temperaturas y, en último término, minimizar el riesgo de eventuales incidencias. La prueba se está llevando a cabo en un tramo de línea convencional en la provincia de Albacete, en concreto, el comprendido entre Pozo Cañada y Navajuelos, de la línea entre Chinchilla de Montearagón y Cartagena.

La investigación se está llevando a cabo en Albacete. El gestor de la infraestructura ferroviaria ha señalado que, de probarse la eficacia de la medida, la tintura en blanco comenzará a ser usual entre las medidas para evitar el pandeo. Este fenómeno es la deformación que sufre un carril tendido en la vía cuando se somete a tensiones elevadas, que pueden ser causadas por temperaturas muy altas. Es un incidente que, por tanto, puede constituir un riesgo de posibles descarrilamientos de las circulaciones ferroviarias

En este tramo, técnicos de Adif han tratado los carriles mediante la aplicación de un producto denominado ‘Ice Paint’, un compuesto químico con una formulación específica que garantiza sus propiedades aislantes y su durabilidad. Tras su aplicación, el carril de este trazado de línea de ferrocarril ha quedado teñido de un llamativo color blanco, que contrasta con el habitual tono oscuro de este elemento de la infraestructura ferroviaria. El color blanco absorbe menos radiación solar, con lo que contribuye a la finalidad que persigue esta técnica: reducir la temperatura que puede llegar a alcanzar el carril cuando se registren episodios de temperaturas extremadamente altas y evitar lo que en terminología ferroviaria se denomina pandeo.

Varios estudios han demostrado que pintar los raíles de color blanco puede reducir entre 5 y 8 grados el calentamiento de la vía ferroviaria, puesto que refleja gran parte de la radiación solar. La pintura es un recubrimiento permanente, por lo que solo se debe volver a aplicar en caso de exceso de suciedad.

La reducción del riesgo de descarrilamiento como consecuencia de fenómenos de pandeo o roturas de carriles ha sido durante mucho tiempo una prioridad para las compañías ferroviarias y los ingenieros de vías. La medición de la temperatura de neutralización del carril continuo soldado constituye una parte clave de este fenómeno, lo que permite identificar y manejar los puntos flacos y los riesgos. Sin embargo, en el pasado esto era un proceso lento, costoso y a menudo poco fiable que llevaba como consecuencia cortar el carril.

El aumento y la disminución de la temperatura hacen que los carriles se alarguen y acorten. Las sujeciones de carril, las traviesas y el balasto han sido diseñados para evitar la expansión y la contracción, por lo cual las variaciones de la temperatura provocan que el carril se comprima cuando la temperatura aumenta y se tense cuando la temperatura baja. Si la compresión es excesiva, la vía sufrirá un fenómeno conocido como pandeo. Si la tensión del carril es excesiva, el carril se romperá (generalmente en una soldadura, donde el carril es más débil).

La temperatura de neutralización (sin tensiones longitudinales) es el punto en el cual el carril no está sometido ni a tensión ni a compresión. El ingeniero de vía identifica la temperatura de neutralización, generalmente 5 ° más o menos por encima del punto medio entre la temperatura más baja y la más alta que probablemente alcanzará el carril. Acto seguido, las compañías ferroviarias deben monitorear la temperatura de neutralización del carril para identificar riesgos, planificar un mantenimiento efectivo y mantener la seguridad y el rendimiento de explotación.

Fuente: treneando.com