Valencia tendrá nueva estación central

El plan de Cercanías diseñado por el Ministerio de Fomento se llevó buena parte del foco de la visita institucional realizada en octubre, pero no fue el único anuncio que realizó Íñigo de la Serna. El ministro, además, avanzó que su departamento, de la mano de Adif, asumirá por completo el coste de la futura estación central, el edificio que diseñó César Portela. En total, 1.000 millones de euros que, no obstante, sufrirán oscilaciones en función del proyecto definitivo.

De la Serna anunció que se va a sacar a licitación la redacción de un nuevo proyecto al no cumplir el edificio original con la legislación ferroviaria actual. El titular de Fomento explicó que se va a proceder a redactar un nuevo proyecto que no partirá de cero, ya que se utilizará como base el proyecto del arquitecto gallego.

El nuevo diseño se licitará próximamente desde Adif y supondrá el sexto proyecto para la estación central, ya que hasta que llegó el de Portela se habían realizado cinco bocetos que finalmente no fructificaron. «Hay que hacer un nuevo proyecto, así lo marca la ley. Pero no se partirá de cero, será una adaptación de lo ya existe», dijo De la Serna.

La estación central era el último elemento de la solución ferroviaria para Valencia que quedaba por concretar, ya que en una visita anterior a la ciudad, De la Serna ya había anunciado que Fomento financiaría el 50% del canal de acceso (el soterramiento de las vías hasta el Parque Central), que supone un desembolso total de aproximadamente 340 millones, e íntegramente la ejecución del túnel pasante, con un coste total estimado en 880 millones.

El Ayuntamiento de Valencia ya había mostrado su preocupación porque Fomento había obviado el proyecto de la estación central en sus compromisos con respecto a la solución ferroviaria para la ciudad y se trataba de una de las obras más costosas económicamente de realizar. El ministro, sin embargo, zanjó todas las dudas al asegurar que todos los costes serían asumidos por Fomento a través de Adif.

Fuente: elmundo.es