Medio Ambiente inicia el examen del AVE entre Oviedo, Gijón y Avilés
La suerte del tramo de alta velocidad que unirá Gijón, Oviedo y Avilés depende ahora del Ministerio de Medio Ambiente. El 13 de mayo el Ministerio de Fomento remitió toda la documentación del proyecto al departamento que rige Isabel García Tejerina para someterla a su examen. Entre la información incluyó las 145 alegaciones que el borrador de estudio informativo recibió de vecinos, ayuntamientos y empresas asturianas durante la fase de información pública, activada en abril de 2015.
El diseño supera así un trámite más, y queda a la espera de que el ministerio le otorgue la declaración de impacto ambiental. Con todo, luego tocará madurarlo como proyecto constructivo y vencer otras gestiones, lo que impiden iniciar las obras antes de 2018. Paso a paso, el esquema va cobrando forma. Los redactores por ejemplo han hecho variaciones en función de las alegaciones que han estimado mejores.
Con todo, la idea para resolver el último tramo de la línea de alta velocidad Madrid-Asturias, se sigue centrando en una obra que cuesta entre 395,6 y 508,5 millones según la alternativa elegida, y que permitiría a los trenes llegar a destino unos cuatro minutos antes. Su objetivo es ampliar la capacidad del nudo de Villabona, que entre mercancías, cercanías, regionales y larga distancia, soporta ahora la circulación de 160 trenes al día, lo que merma el margen para introducir nuevas frecuencias.
El borrador plantea una ‘Y’ ferroviaria en Villabona, la reforma del entorno de la estación de Lugo de Llanera, y la duplicación de la vía en el tramo Nubledo-Avilés. El trabajo desarrollado por la ingeniería Prointec para el ministerio deja sin resolver el acceso a las ciudades, un asunto que reconoce «crítico». Avilés y Gijón maduran con más paciencia que acierto sus respectivos planes de integración ferroviaria y en lo tocante a Oviedo, los técnicos llegaron a explorar la oportunidad de establecer la parada del AVE en La Corredoria o en una zona entre Abuli y Carreño, opciones que terminaron desechando.
Al final, el proyecto planteado sirve más para modernizar la red existente que para asegurar la entrada del AVE a las principales ciudades de la región. El diseño que hay sobre la mesa apuesta por ejecutar todas las nuevas variantes ferroviarias en vías de ancho convencional (o Renfe), y no en las de ancho internacional, que es la que utilizan los servicios AVE. Los técnicos tachan sin embargo de «prejuicio» asociar el ancho de vía al tipo de servicio, y lamentan «el debate ciertamente confuso» planteado en España al respecto.
Desde esta posición, optan por analizar cómo mejorar la geometría del tramo actual, aprovechando para instalar traviesas de ancho polivalente, piezas que a largo plazo permitirían mudar el ancho de la vía al internacional con una operación relativamente sencilla.
El puzzle de obras que incluye el proyecto tiene por pieza principal una variante de 8,3 kilómetros a la altura de Villabona, para los tráficos sentido Gijón, y donde 2.725 metros discurren en cuatro túneles. La variante Oviedo-Avilés es de unos 7.136 metros, con 4,8 kilómetros también en cuatro túneles. En total el ‘escalextric’ ofrece 29,1 kilómetros de nueva vía, ocupa 36 hectáreas, y cambiaría todo el paisaje de Villabona y los núcleos próximos.
El proyecto estima en 9,4 millones el coste de las expropiaciones a practicar en los municipios de Avilés, Corvera de Asturias, Llanera y Gijón. Hay viviendas que asume deberán ser sacrificadas, y 67 chalets, bloques y pisos que recibirían más ruido nocturno del legalmente consentido, lo que se paliaría con pantallas acústicas.
Fuente: elcomercio.es