Los trenes también pagan el «impuesto al sol»
El llamado “impuesto al sol”, peaje cargado sobre la electricidad autogenerada y suministrada a la red eléctrica general, afecta también a los trenes de alta velocidad españoles y a algunos convencionales que implementan el freno regenerativo como medida de eficiencia energética.
El freno regenerativo o de recuperación de los trenes eléctricos consiste en convertir en electricidad la energía cinética generada con el frenado eléctrico (que detiene mejor el vehículo que el de fricción) para su reutilización o, en caso de no necesitarla, devolverla a la catenaria. En el caso de que otro tren no consuma esa energía en ese momento o haya un excedente, automáticamente se devuelve a la red de suministro.
En la actualidad, se calcula que los trenes de alta velocidad españoles “inyectan” a la red entre un 5% y un 10% de la energía que necesitan. Más o menos en la mitad de los casos la energía es reutilizada por otros, y si no, se regala o vende al precio mayorista eléctrico.
Con el “impuesto al sol” en vigor desde el pasado 11 de octubre de 2015, que se aplica sobre los excedentes del autoconsumo, se podría llegar a pagar hasta 1 millón de euros anuales basándose en cálculos poco precisos. En concreto, de las tres tasas en las que se divide el impuesto, sobre los ferrocarriles se aplica la de autoproducción.
Por su parte, Adif ya alegó contra el “impuesto al sol” mientras se tramitaba, pero no consiguió nada. Por ello, a los impuestos y cánones ya existentes, los trenes de alta velocidad tendrán que pagar entre 0,018849 y los 0,008252 euros por kWh, dependiendo de las horas en las que se produzca el excedente energético.
Aunque no se sabe con exactitud la cantidad del pago que supondrá el “impuesto al sol”, se calcula que el coste medio lineal será de unos 10 euros por MWh devuelto a la red. Para saber el precio con exactitud, habría que calcular la franja horaria y el volumen de tráfico en la línea.
El Real Decreto que regula el autoconsumo y establece este impuesto ha sido criticado por diversos sectores sociales y varias instituciones europeas y mundiales. El hecho de que se haga pagar el autoconsumo eléctrico a aquellos que inyecten su energía excedente en la red eléctrica cuando antes se cobraba por ello ha sido muy polémico. Y, como se ve en el caso del ferrocarril, ha dejado muchos flecos sueltos ya que en ningún momento es objetivo de los operadores ni de Adif hacer negocio con la venta de energía.
Fuente: El Economista.