La Politécnica de Gijón validará las pruebas del primer tren de gas licuado del mundo

Asturias pone mucho más que las vías en el proyecto impulsado por Renfe para sustituir el diésel por gas natural licuado (GNL) en los trenes que circulan por líneas no electrificadas. El primero de estos ferrocarriles de todo el mundo, un automotor de vía estrecha, se probó en el mes de enero entre Baíña y Collanzo y será un equipo de la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón el que valide los datos que se recojan en el ensayo y elabore un modelo matemático para extrapolar su comportamiento a otro tipo de situaciones y líneas.

Este proyecto de I+D se remonta a 2015 y participan también compañías como Enagás, Gas Natural Fenosa, ARMF, Bureau Veritas y la Fundación Privada Institut Ildefons Cerdà. El equipo de la Universidad de Oviedo se incorporó el año pasado, tras ser seleccionado entre otros candidatos, como ente supervisor de las pruebas. El grupo, dirigido por el catedrático del área de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial Luciano Sánchez, es de carácter multidisciplinar. En los análisis iniciales están también trabajando los profesores de Ingeniería e Infraestructura de los Transportes Daniel Álvarez y Pablo Luque, pero a lo largo de todo su desarrollo estarán involucrados, además, el catedrático de Ingeniería Química Fernando Díez, la profesora de Estadística e Investigación Operativa Inés Couso y José Otero, profesor de Lenguajes y Sistemas Informáticos.

Renfe espera que los ensayos con el prototipo, que se desarrollarán durante cuatro meses, prueben que la sustitución del diésel por el gas natural licuado es viable y que permite ahorros económicos y reducir la contaminación que producen los trenes. Según sus estimaciones se podrían rebajar los costes operativos un 45% y entre un 20% y un 30% las emisiones de dióxido de carbono, entre un 60% y un 80% los óxidos de nitrógeno, un 99% los óxidos de azufre, un 90% las partículas en suspensión y un 30% el ruido.

«Nuestra labor es la de árbitro, un árbitro que asesora y certifica que los ahorros que se esperan van a ser verdad», subraya Luciano Sánchez. Los análisis que haga este equipo de la EPI con todos los datos que se recojan durante los más de 15.000 kilómetros que realizará el prototipo serán fundamentales para que Renfe demuestre la viabilidad del proyecto y su posibilidad de expansión por la red, además de convencer al regulador de que esta innovación responde al interés común para que otorgue los permisos pertinentes.

Fuente: elcomercio.es