La importancia de la velocidad en el ferrocarril

trenes_aveEl ferrocarril es el único modo de transporte de viajeros que aún hoy en día es capaz de traducir los avances tecnológicos relacionados con el incremento de la velocidad en prestaciones para el viajero. Entendiendo un modo de transporte como una tecnología aplicada a una función, la función de transporte, históricamente todos los modos han ido desarrollando e incorporando innovaciones para ir aumentando su velocidad.

Esta carrera incansable de la tecnología en pos de velocidades más elevadas ha tenido siempre como principal objetivo ofrecer tiempos de viaje más reducidos para el viajero. De manera creciente, la percepción del valor del tiempo supone que cobre cada vez más importancia el interés por llegar antes, porque el tiempo de viaje sea más breve, desde otro punto de vista, que la velocidad sea mayor.

Esta inquietud es una constante para cualquier viajero y para cualquier viaje. Sin embargo, donde presenta una especial relevancia entre los factores que caracterizan al desplazamiento es en los que implican recorridos largos. Son muchas las variables que caracterizan la calidad de un viaje más allá de la seguridad: la fiabilidad del servicio, la comodidad, la puntualidad… del mismo modo que para desplazamientos de corto o medio recorrido, la frecuencia, la flexibilidad, la idoneidad de los horarios que ofrecen múltiples opciones juegan también un papel importante, en relaciones largas el tiempo de recorrido destaca en el momento de tomar la decisión de viajar y elegir el modo de hacerlo.

vias-tren-alta-velocidadEn cuanto al término velocidad máxima es importante destacar el significado que debe darse a esta expresión. Está directamente relacionada con el desarrollo tecnológico y depende de numerosas innovaciones- mecánicas, electrónicas, materiales…- vinculadas a diferentes subsistemas y funciones- potencia, rodadura, tracción, frenado…- presentando un comportamiento evolutivo, cambiante con el tiempo. Debe diferenciarse, sin embargo, de la “velocidad récord”. Esta última, directamente relacionada también con la evolución tecnológica, tiene en cada momento histórico un valor preciso e incuestionable. Se trata del máximo absoluto que haya alcanzado de modo estable un vehículo ferroviario, semejante a los que prestan servicio comercial, durante recorridos en condiciones de pruebas o ensayos.

Por su naturaleza, algunos modos de transporte no requieren de infraestructura propia al utilizar como soporte para su movimiento medios naturales- el agua del mar, el aire de la atmósfera-. No es el caso del ferrocarril que necesita una infraestructura concebida expresamente para ofrecer unas prestaciones específicas. Como consecuencia de sus características- dimensiones, implantación en el territorio…- no resulta ni fácil ni económico modificar sus prestaciones en términos de velocidad a medida que avanza la tecnología. Su prolongada vida útil, superior a los cien años, como se ha demostrado históricamente en numerosas ocasiones, aconseja que los parámetros que condicionan la velocidad- particularmente su geometría- deben diseñarse con visión a largo plazo, anticipando la evolución de la variable velocidad y aplicando en el momento del proyecto de la obra valores de velocidad máxima de diseño por encima de los valores de velocidad máxima autorizados para la circulación en el momento de proyectarlo.

La aspiración de cada modo a ofrecer continuamente prestaciones más atractivas para el viajero conlleva la tendencia a sacar partido a los avances tecnológicos en términos de velocidad. Esta evolución, sin embargo, no se produce en condiciones de libertad plena. Está regulada, modulada, retenida por un conjunto de factores que van limitando el valor máximo en cada momento, en cada etapa histórica.

L.A.V. Madrid - Segovia - Valladolid. 8 06 2006La identificación y caracterización del comportamiento de cada uno de estos factores facilitará la prospección de cuál podría ser- si existe- un valor hacia el cual iría estabilizándose la velocidad máxima en el futuro.

Los factores que, con carácter general, juegan el papel de limitadores de la velocidad máxima tienen relación con la seguridad, el nivel de confortabilidad, la economía de la explotación o la influencia sobre el medio ambiente. Dentro de cada uno de estos campos hay variables a su vez más complejas que contribuyen a esa atenuación del crecimiento de la velocidad.

Estas variables tienen naturaleza en unos casos estrictamente mecánica relacionadas, por ejemplo, con la adherencia o el frenado, en otros casos con la economía- costes de mantenimiento de instalaciones fijas o material rodante-, o el medio- emisiones de CO2, contaminación acústica… -, o con el consumo de energía que involucra a más de una.

Autor del estudio:    Eduardo Romo Urroz    (Fundación Caminos de Hierro)

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Fuente: Vía Libe – Técnica

 Revista de Alta Velocidad – FFE