La importancia de la transparencia y de la eficiencia en el Transporte de Mercancías

El transporte de mercancías en España es una actividad fundamental de nuestra economía, que contribuye al desarrollo económico y a elevar el nivel de vida de nuestros ciudadanos. Además, forma parte de cadenas logísticas multimodales que dan servicio a la economía productiva. Como eslabones de las cadenas logísticas, los diferentes modos de transporte deben buscar su eficiencia tanto de forma individual como conjunta, de forma que su complementariedad sea su máxima de actuación, potenciando la sincromodalidad como objetivo final.

La situación actual en cuanto a la distribución modal del transporte terrestre interno, medido en toneladas-kilómetro, se decanta en un 94% para la carretera y un 6% para el ferrocarril, según los últimos datos del Ministerio de Fomento. La cuota actual de transporte interno ferroviario no ha mejorado sensiblemente desde hace más de veinte años, a pesar de los continuos y poco exitosos planes que todas las administraciones han diseñado.

La flexibilidad de la carretera, sus costes más competitivos, su dinamismo, su capacidad de adaptación son, entre otras, algunas de las características que han hecho de la carretera un claro triunfador en el sector del transporte de mercancías. Por su parte, la rigidez del transporte ferroviario le hace dependiente de un transporte por carretera, al que no deben ver como competidor sino como aliado de presente y de futuro. Sin embargo, el ferrocarril se está reinventando desde la aparición de nuevas y dinámicas empresas privadas. En la actualidad, las empresas privadas alcanzan una cuota del 28,8% del total de las toneladas netas transportadas o del 38,8% si se consideran las toneladas-kilómetros, siendo operado el resto por la empresa pública Renfe Mercancías. El camino es largo y las dificultades muchas. Problemas operativos, la inexistencia de un mercado real de material rodante de segunda mano, la falta de personal, en particular de maquinistas, los problemas de acceso al mercado, etc. son sólo algunos de los problemas con los que las empresas ferroviarias privadas se encuentran en su quehacer diario.

La intervención del ministro De la Serna en diciembre de 2017 donde anunció un nuevo plan, el suyo, orientado a la mejora de la actividad empresarial de Renfe Mercancías dejó claro, una vez más, la intención que todos los gobiernos tienen de intervenir en el mercado del transporte de mercancías. Como objetivo más novedoso y de mayor repercusión señaló la búsqueda de un socio estratégico para el negocio de Mercancías que aporte valor añadido al negocio y que represente un claro fortalecimiento empresarial.

Además, el Ministerio se ha comprometido a implantar una serie de medidas orientadas a incentivar el uso del ferrocarril en el transporte de mercancías. El desarrollo de las Autopistas Ferroviarias y su complementariedad con el transporte marítimo de corta distancia, en lo que se denomina R4 (rail-road-ro-ro) podrá compaginar los beneficios de todos los modos de transporte (carretera, ferrocarril y marítimo) potenciando y gestionando eficientemente el transporte de mercancías. No debemos olvidar que la mercancía portuaria representa actualmente el 53,6% del total de la mercancía interior movida por ferrocarril; el puerto no sólo es un aliado del ferrocarril, sino su mayor y mejor cliente. Por último, faltaría por completar y concretar un mapa logístico real de España que integre todos los tipos de infraestructuras logísticas y que dé sentido a la, casi ya olvidada, Estrategia Logística de España.

Todo ello puede considerarse un acierto para la supervivencia de la empresa pública Renfe Mercancías, pero no resuelve el problema que afecta al transporte de mercancías, en particular al del transporte ferroviario. No debe utilizarse dinero público, de todos, para competir en el mercado a expensas de discriminar a otros operadores ferroviarios privados y a las empresas de transporte por carretera que tendrán que seguir luchando día tras día para hacerse un hueco en el mercado, siendo esclavas de su cuenta de resultados para poder seguir vivos. Todo ello, desgraciadamente, afecta de forma considerable a la competitividad del transporte de mercancías en España y, por ende y más importante, al desarrollo presente y futuro de la economía de nuestro país.

Autor:     Prof. Dr. Alberto Camarero Orive   (Miembro del Think Tank Movilidad)

Fuente: empresaexterior.com