El tren-hotel construido sobre un puente con vistas únicas al parque Kruger, en Sudáfrica

Kruger Shalati es el nombre del tren-hotel que cuelga a unos 15 metros de altura del puente Selati, en el parque natural Kruger, al nordeste de Sudáfrica. El convoy, similar al que inició sus pasos en la década de 1920, no está en circulación. Permanece dormido en el puente para que desde sus habitaciones-vagones se pueda disfrutar de unas espléndidas vistas al río Sabie y a los grupos de elefantes, hipopótamos, cocodrilos o impalas que acuden a beber o a chapotear en sus aguas. Tiene previsto abrir las puertas de sus vagones a finales de año.

Este singular complejo hotelero dispone de 31 habitaciones, repartidas en dos plataformas: 24 habitaciones ubicadas en 12 vagones y las 7 habitaciones restantes se encuentran en tierra, al lado del puente, en un escenario denominado de jefe de estación. Da al puente, pero es un edificio que no está en el tren. Estas siete habitaciones (Bridge House) son más grandes y en ellas pueden pernoctar menores de 12 años”. Las 24 habitaciones sobre raíles tienen una superficie de unos 28 metros cuadrados cada una.

Las estancias son espaciosas y sus paredes son de cristal para que las vistas al río y al parque sólo tengan los obstáculos –insalvables– de las traviesas metálicas que recuerdan al cliente que vive en un viaducto. Al convoy se accede por una pasarela que cruza de punta a punta la plataforma y aproximadamente en mitad de esta construcción se construirá una cubierta comunitaria, con hamacas y una piscina circular, suspendida en uno de los pilares. Una edificación parecida, también con piscina, se puede disfrutar en la zona ubicada en tierra”.

Pasar una noche en las habitaciones del tren cuesta unos 460 euros por persona, con todos los servicios incluidos. Si las habitaciones son las que están a pie de estación, el coste de es de 410 euros por persona.

Kruger Shalati rinde tributo, casi cien años después, a la línea ferroviaria que era la única vía que permitía acceder al parque y disfrutar de la experiencia de un safari. El ferrocarril, como la línea se cerró en la década de 1970, cuando se establecieron nuevas vías de conexión con el parque Kruger.

El parque recibe casi 1,5 millones de visitantes al año y está preparado para realizar safaris de varios niveles y dificultad, algunos de ellos con la participación de menores. También dispone de zonas de descanso y excursiones donde es relativamente fácil toparse con elefantes, leopardos, leones, hipopótamos, impalas, búfalos, rinocerontes, guepardos, cebras… o contemplarlos a una distancia de piedra mientras se toma un refresco.

Fuente: lavanguardia.com