¿Cómo se programan las películas en el tren?
Desde que la tecnología permitió amenizar los viajes de larga distancia con la proyección de cine, Renfe se encontró con un arma de doble filo: por un lado, se ofrecía una magnífica oportunidad de proporcionar a los viajeros un entretenimiento extra, pero por otro lado era necesario plantearse una pregunta: ¿Cómo es posible escoger un título que complazca a todos y cada uno de los cientos de pasajeros que viajan en un tren determinado?
La respuesta era muy sencilla: no es posible. Siempre habrá gente a la que no le interese la película seleccionada, o que ya la haya visto. Pero lo que sí se puede hacer –y de hecho, se está haciendo– es esforzarse por buscar títulos que resulten atractivos para el mayor número posible de viajeros. Esto abarca desde películas conocidas que siempre apetece volver a ver –o que nos perdimos en su día– a títulos menos populares pero interesantes, que despierten la curiosidad de los espectadores.
Maite Escolano, directora adjunta de márketing de Comfersa, la empresa que tiene a su cargo la selección y programación de películas, explica cómo se realiza la programación de películas:
¿Cuándo empezó Renfe a programar películas en el tren?
La instalación del sistema de vídeo en los trenes comenzó en 1984 como parte de un proyecto impulsado por Comfersa, y el primer tren que circuló con este sistema fue el Talgo Galicia en el verano de 1984. Al principio, la programación consistía en películas comerciales y el telediario de TVE, que se grababa diariamente en una estación intermedia del trayecto y se subía al tren para su emisión.
¿Cómo se lleva a cabo la selección de títulos?
Lo primero que tenemos que ver es el catálogo de películas disponibles con derechos de exhibición pública en cada momento. De estas, hacemos una preselección de aquellos títulos que, sobre el papel, puedan encajar, esto es, que cumplan una serie de requisitos como son la duración, éxito comercial o calidad reconocida, calificación… Luego visionamos uno a uno estos títulos y de ahí sacamos la selección definitiva, intentando que cada mes haya variedad de géneros (acción, comedia, cine familiar…) y que se programe, como mínimo, un título de cine español. Por supuesto, sabemos que es difícil acertar con los gustos de todos los viajeros, pero intentamos ofrecer una programación lo más actual y variada posible.
En todo este tiempo ¿cómo ha ido evolucionando el servicio de películas? ¿Qué mejoras habéis introducido?
Inicialmente las películas se emitían en sistema VHS, que, lógicamente, con los avances tecnológicos, derivó al DVD. Ahora estamos introduciendo en los trenes un sistema nuevo de emisión por ordenador que permite una mejor rotación de las películas. De 6 títulos que se emitían en 1984 hemos pasado a emitir 18 títulos al mes en las 310 circulaciones diarias que hay actualmente con programación de vídeo. Además, en algunos trenes, estas películas se complementan con documentales de viajes, naturaleza o divulgativos que tienen mucha aceptación entre los viajeros.
¿Y cuál es el feedback que recibís de los viajeros?
Los que viajan por motivos familiares son los más exigentes, pero en general, ver una buena película se considera el mejor entretenimiento para hacer más corto el viaje, y se supone como un valor adquirido y obligado. Según las encuestas que realizamos, la valoración de la calidad de la programación es positiva; la mayoría la califica de normal y uno de cada cuatro la considera buena o muy buena. Las preferidas son los estrenos recientes de cine español y americano, fundamentalmente las comedias, y a continuación las de suspense y las de acción. La gran mayoría considera que las películas son aptas para ser vistas por todo tipo de público, lo cual nos alegra mucho.
Ahora mucha gente sube al tren con ordenadores portátiles, smartphones, tablets, etc, que también permiten ver contenidos audiovisuales. ¿Eso ha provocado que la gente vea ahora menos películas?
La gente joven es la que va equipada con su propia música pero los portátiles se llevan normalmente por motivos de trabajo, no por ocio, ya que son viajes de corta duración. La película que se proyecta en el tren sigue siendo considerada como la mejor opción de entretenimiento.
Fuente: blog.renfe.com