Abierto al público el antiguo vestíbulo de la estación de Pacífico en el metro de Madrid

Las visitas guidadas  y gratuitas y se realizan bajo petición previa, y el horario de acceso es de 10:00 a 14:00 y 16:00 a 20:00 horas todos los sábados. Así, este vestíbulo original de  1923, se suma al resto de espacios históricos de Metro de Madrid que pueden ser visitados.

Entre ellos se encuentra la Nave de Motores de Pacífico, inaugurada en 1924 y en funcionamiento hasta el año 1972, la antigua estación de Chamberí inaugurada en 1919 y cerrada en 1966 y los restos de la Fuente de los Caños del Peral, el Acueducto de Amaniel y el Alcantarillado del Arenal, en la estación de Ópera, descubiertos en 1925 convertidos tras su rehabilitación en museo arqueológico subterráneo con restos de los siglos XVI y XVII.

La estación de Pacífico comenzó a prestar servicio en 1923, cuando se inauguró el tramo Atocha-Puente de Vallecas de la línea 1. El vestíbulo original cerró en 1966 debido a la prolongación de los andenes de esta línea, que pasaron de sesenta a noventa metros, lo que supuso la construcción de dos nuevos vestíbulos y accesos y convirtió en inútil este antiguo vestíbulo.

La rehabilitación que forma parte de una iniciativa para la recuperación y recreación gráfica digital del patrimonio histórico de Metro de Madrid ha respetado la decoración original de la estación, diseñada por el arquitecto Antonio Palacios en 1923.

El vestíbulo, bajo la esquina de las calles Pacífico y Caridad,  tiene forma rectangular, con unos cinco metros de ancho por algo más de diez de largo, y se ubicaba en el extremo sur de la antigua estación.

Decorado en estilo neomudéjar, está  recubierto por azulejos blancos biselados y contaba con tres claraboyas en el techo para que entrase luz natural, de las que se pueden observar restos.

En cada esquina del vestíbulo hay un pilar decorado con azulejos sevillanos en azul brillante, rematados con bordes dorados y motivos florales en dorado y azul. Los pilares están unidos entre sí a través del techo mediante cenefas de azulejos, formando un conjunto abovedado rematado con la misma ornamentación.

En un extremo del vestíbulo una gran puerta de madera, con tres hojas  era la antigua entrada a la estación. En el otro extremo del vestíbulo, una pequeña puerta, disimulada con azulejos, conduce a un pasadizo por el que se llega a la Nave de Motores  También se conservan las barandillas originales.

Fuente: vialibre.org